EUROPA

EUROPA CLÁSICA. Europa, en particular la Antigua Grecia y su heredera la Antigua Roma, son la cuna de la cultura occidental. La caída del Imperio Romano de Occidente, durante el período de la migración, marcó el fin de la Edad Antigua y el comienzo de una era conocida como la Edad Media. El Renacimiento con sus consiguientes humanismo, arte y ciencia, además de la exploración llevaron al "viejo continente", y finalmente al resto del mundo, a la Edad Moderna. A partir de este período las naciones europeas desempeñan un papel preponderante en los asuntos mundiales, desde el siglo XVI en adelante especialmente, después del comienzo de la colonización. En los siglos XVII y XVIII, las naciones europeas controlaron por dominación la mayor parte de África, América, y gran parte de Asia, y posteriormente también Oceanía. Actualmente, naciones que ejercen poder hegemónico mundial como Estados Unidos son el resultado del imperialismo europeo. La Revolución Industrial, que comenzó en el Reino Unido en el siglo XVIII, dio lugar a un cambio radical en los ámbitos económico, cultural y social en Europa Occidental, y posteriormente en el resto del mundo. Las dos Guerras Mundiales condujeron a una disminución en el dominio de Europa en los asuntos mundiales cuando los Estados Unidos y la Unión Soviética tomaron la preeminencia. La Guerra Fría entre las dos superpotencias dividió Europa a lo largo del Telón de Acero. La integración europea dio lugar a la formación del Consejo de Europa y la Unión Europea en Europa occidental, las cuales se han expandido hacia el este desde la caída de la Unión Soviética en 1991. De forma convencional y por motivos histórico-culturales es considerada un continente, tras la delimitación realizada por el geógrafo ruso Vasili Tatíshchev quien deseaba señalar la pertenencia de Rusia a Europa y a Asia. Las fronteras de Europa y la población son objeto de controversia, ya que el término continente puede referirse a un bien cultural y político o a distinciones fisiográficas. Andreas Kaplan describe a Europa como «una máxima diversidad cultural en una superficie geográfica mínima». La definición más extendida es aquella que la define como situada en la mitad oriental del hemisferio norte, limitada por el océano Ártico en el norte hasta el mar Mediterráneo por el sur. Por el oeste, llega hasta el océano Atlántico. Por el este, limita con Asia, de la que la separan los montes Urales, el río Ural, el mar Caspio, la cordillera del Cáucaso, el mar Negro y los estrechos del Bósforo y de Dardanelos. [vid.]

EUROPA MODERNA. Sólo el 3 % de las todas las lenguas del mundo es autóctona de Europa, por lo que el continente es una de las regiones con menos variedad lingüística del mundo. Aun así Europa es una región con cierta diversidad lingüística, ya que existe un elevado número de lenguas regionales, que pertenecen a diferentes grupos filogenéticos. Entre las lenguas europeas están las pertenecientes al grupo indoeuropeo, las del grupo túrquico y las del grupo ugrofinés. Del grupo indoeuropeo son las lenguas bálticas (letón y lituano); las lenguas celtas (bretón, córnico, gaélico escocés, galés, irlandés y manés); las lenguas eslavas (bielorruso, bosnio, búlgaro, checo, croata, eslovaco, esloveno, macedonio, montenegrino, polaco, ruso, serbio, sorabo y ucraniano); las lenguas germánicas (alemán, danés, feroés, flamenco, frisón, inglés, islandés, luxemburgués, neerlandés, noruego y sueco); las lenguas romances (procedentes del latín): aragonés, asturiano, catalán, corso, español, francés, gallego, italiano, ladino, napolitano, occitano, portugués, retorromance, rumano, sardo, siciliano y valón; y, por último, pertenecen al grupo indoeuropeo otras lenguas como el albanés, armenio, griego y romaní. Del grupo túrquico son el azerí, kazajo y turco; del grupo ugrofinés, el estonio, finés, húngaro y lapón (sami). Pertenecientes a otros grupos lingüísticos son el euskera (lengua aglutinante), el georgiano y el maltés. Existen, además, lenguas planificadas como el esperanto (en todos los países del continente), el ido, la interlingua y el volapük. Las lenguas maternas europeas con mayor número de hablantes son el ruso, el alemán, el turco (si se incluye a los más de 70 millones de habitantes de la parte asiática de Turquía), el francés, el inglés, el italiano, el castellano, el polaco, el ucraniano y el serbocroata. No obstante, los procesos migratorios que cobraron importancia a partir de la segunda mitad del siglo XX, hicieron que en Europa se instalaran importantes minorías de personas cuyas lenguas tienen un origen alóctono. Entre las lenguas alóctonas destacan las lenguas de África (en particular de los grupos semítico, bereber y Níger-Congo) y las lenguas de Asia (en particular de los grupos indoiranio y siníticas, que por otra parte también son los grupos más numerosos en la propia Asia). Por países, se aprecia que los países europeos con un pasado histórico colonial destacado tienden a recibir inmigrantes procedentes de sus excolonias, por lo que también se hablan un cierto número de lenguas minoritarias de uso en las excolonias. [vid.]